Nos Visitó: Bernardo Ponce, Gerente Comercial de Ponce Yepes

Detrás de cada persona existe una historia, esta es la del Ingeniero Bernardo Ponce, un destacado empresario quien descubrió la alegría en el rostro de las personas con discapacidad, estudiantes de Fundación El Triángulo que le sonrieron cuando él estaba estresado y molesto, con esa sonrisa lo afectaron, provocaron en él una sonrisa y alegraron su día. 
 

El lunes 13 de febrero del 2012, acudió a las instalaciones de Fundación El Triángulo, el Ing. Bernardo Ponce, Gerente Comercial de Ponce Yepes, la visita la realizó en el marco de un programa de amistad propuesto por Fundación El Triángulo para sensibilizar a distintos actores de la sociedad sobre la importancia de la inclusión de las personas con discapacidad.

Nuestro Invitado:
El Ing. Bernardo Ponce de 52 años de edad, empresario particular, es el Gerente Comercial de Ponce Yépes, una empresa automotriz muy destacada. Su principal hobbie es el deporte, como él mismo lo describe, el deporte intenso, trote, golf, fútbol.

Nos comenta que a nivel laboral su satisfacción está en haber trabajado en la misma empresa por más de 20 años, “con un excepcional equipo de colaboradores, personas que trabajan largo y muy duro por el sustento de sus familias y justamente el poder haber ayudado a generar empleo para esas familias, generamos empleo para más de 100 familias.”, precisó.

El trabajo tiene sus propias actividades técnicas, pero que en su ejecución se busca mantener la calidez humana, siempre apoyado por el profesionalismo requerido para que una empresa cumpla con sus objetivos: “Tenemos programas que se basan en los presupuestos, de gastos, de inversión, de ventas, esos presupuestos son nuestra guía para cumplirlos, vender más gastando menos.” 

Para el Ingeniero Ponce es muy importante la motivación laboral, por ello nos comenta que a nivel de su empresa, existe una adecuada motivación para los trabajadores “Buscamos mantener un muy buen ambiente de trabajo con unos ingresos o remuneraciones que puedan generar tranquilidad al menos, ojalá ahorro, pero por lo menos tranquilidad en las familias que dependen de la compañía.”, acotó.

Su acercamiento con Fundación El Triángulo nace a través de la amistad con dos señoras del Directorio de la Fundación, y que al conocer a sus hijos descubrió una alegría importante para sí mismo al tratar a las personas con discapacidad:

“El tema es que yo bajaba de mi casa, típico día lunes, estaba malgenio, estresado y coincidí que en el tráfico me tocó junto a la furgoneta de la Fundación, regreso a ver y me encuentro con las caras 

alegres y felices de estos “chuzos bandidos” y me hacían señas, me saludaban, yo estaba comenzando el día tensionado no hice mucho caso, siguió el tráfico y nos perdimos. No habrá pasado una semana y nuevamente salía de mi casa estresado, molesto, fastidiado por el tráfico y me encuentro por segunda vez con la buseta y veo a estos “chuzos” súper contentos y me saludaban, yo dije al menos les saludaré, siguió el tráfico y cada cual seguimos. Luego hubo una tercera ocasión, me vuelvo a ver con la buseta de la Fundación, pero yo para esto ya estaba preparado, los saludé y me saludaron, volví a sonreír y a pesar de estar atrapado en el tráfico yo ya estaba bien, había sonreído nuevamente. Personas con problemas mucho más graves tienen la habilidad de sonreír y entonces me quedé con esto y conversé con mi familia, para ellos que yo haya encontrado alguna razón para sonreír mientras conducía fue importante, una terapia muy especial.”

 Nos comenta que al recorrer las instalaciones sintió mucha paz, lo que se evidenció al saludar con los estudiantes de Fundación El Triángulo en sus aulas: “Fue un espectacular comienzo de semana, una maravilla, es algo para felicitar, es digno de admiración y yo creo que son proyectos en los que personas miembros de una comunidad deberíamos involucrarnos y ojalá pueda yo ayudarles a ustedes a que más amigos nuestros se involucre.”

Javier Lasso Flores
Fundación El Triángulo


Escuche el testimonio de nuestro visitante, el Ingeniero Bernardo Ponce